La consultoría de fachadas emerge como una disciplina crucial en el contexto de la construcción sustentable, ofreciendo una gama diversa de beneficios que van más allá de la estética.
En un mundo donde la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad global, las fachadas juegan un papel fundamental al influir en el rendimiento energético, la calidad del aire interior y la eficiencia general de un edificio. Es en este sentido, en que las consultorías de fachadas pueden optimizar el diseño para maximizar la eficiencia energética. Mediante el uso de técnicas como el modelado computacional y la simulación climática, los consultores pueden identificar estrategias para minimizar la pérdida de calor en invierno y reducir la ganancia de calor en verano, lo que conduce a un consumo energético más bajo y a la reducción de las emisiones de carbono.
Las diferentes disciplinas que confluyen en este tipo de consultorías también pueden mejorar la calidad del aire interior al seleccionar materiales de fachada que sean resistentes al moho y que contribuyan a un ambiente interior saludable. La ventilación natural y los sistemas de filtración eficientes pueden integrarse en el diseño de la fachada para garantizar un suministro constante de aire fresco y una circulación adecuada.
En materia de innovación la consultoría de fachadas también puede proponer y promover el uso preferencial de materiales sustentables y de bajo impacto ambiental, como madera certificada, vidrio reciclado y revestimientos fotovoltaicos, fachadas de control solar, ventiladas, etc. Estos materiales y sistemas constructivos evidentemente evolucionados no solo reducen la huella ecológica del edificio, sino que también pueden mejorar su desempeño a largo plazo y su capacidad para adaptarse a los cambios climáticos. Además, las fachadas sustentables pueden integrar sistemas de recolección de agua de lluvia y tecnologías de gestión de aguas pluviales, contribuyendo así a la conservación de recursos hídricos y a la reducción del estrés en los sistemas de drenaje urbano.
Otro aspecto importante es la contribución a la salud y el bienestar de los ocupantes del edificio. Una fachada bien diseñada puede aumentar la cantidad de luz natural que ingresa al interior, reducir el deslumbramiento y crear entornos interiores más confortables y productivos.
Colaboración: Amevec