El efecto mariposa es una metáfora que ilustra cómo pequeños cambios en un sistema pueden tener repercusiones significativas a lo largo del tiempo. En esencia, destaca la interconexión y la sensibilidad a las condiciones iniciales en sistemas complejos, recordándonos que incluso las acciones más pequeñas pueden tener consecuencias impredecibles y amplias en el futuro. Es en ese sentido que les invito a reflexionar cual sería el presente de nuestro sector en el caso de que la Asociación Mexicana de Ventanas y Cerramientos AC, AMEVEC por sus siglas, no hubiera existido.
En primer lugar, los que participamos en AMEVEC, no hubiéramos tenido la oportunidad de reconocer los intereses y necesidades comunes que compartimos como empresas, así como, la incapacidad que como individualidades tenemos para promover cambios cualitativos en nuestro entorno sectorial. No hubiera sido posible encontrar el apoyo del Ing. Pablo Alvarez para organizar un espacio temático para nuestro sector dentro del marco de Expo CIHAC que con el tiempo derivaría en una plataforma permanente fruto y visible nacional e internacionalmente. Una alianza que se formalizó en un contrato de colaboración, entre ambas instituciones, que nos hizo valedores de un patrocinio de 600,000. 00 $ Usa que hasta el día de hoy mantiene a flote nuestras finanzas.
Los esfuerzos por normalizar el sector que desembocó en la primera norma de ventanas NMX-R-060-2013 no hubieran sido posibles ni tampoco traer a México un laboratorio capaz de ensayarla que terminó abandonando el proyecto por falta de compromiso de los fabricantes y la ausencia de políticas públicas que exigieran su cumplimiento.
No hubiéramos constituido el Subcomité de Ventanas y productos Arquitectónicos para el Cerramiento exterior de Fachadas que forma parte del Comité de Industrias diversas a cargo de la Dirección General de Normas y presidido por la Secretaría de Economía. Una plataforma que dejo de ser operativa desde que, con la llegada del Gobierno de la 4T, la normalización dejó de ser una prioridad y donde AMEVEC depositó una buena parte de sus recursos económicos con un resultado infructuoso hasta el momento.
Sin AMEVEC no se hubiera encargado nadie de realizar una labor educativa, responsable y en constante crecimiento destinada a compartir contenidos de valor que permitieran ofrecer capacitación, a tantas y tantas empresas del sector, ajenas a la evolución de nuestro mercado. Una labor necesaria para impulsar las innovaciones y nuevos productos que están cambiando la percepción que en México se tiene de las aportaciones del vidrio, la ventana y los productos de control solar al desarrollo de la arquitectura sustentable. No seria posible contar con una plataforma de entendimiento y trabajo donde la competencia está subrogada a la obligación de buscar las áreas de oportunidad que ofrece el sumar fuerzas entre competidores para desarrollar eficazmente el mercado elevando la calidad de los productos y fomentando las mejores prácticas.
Un presente sin AMEVEC nos privaría de ese espacio conceptual que llamamos Casa Pasiva AMEVEC. Un referente para el desarrollo sostenible que decidimos compartir con todas aquellas empresas y profesionales que tienen algo que aportar a esta titánica tarea. Una iniciativa que pone a nuestro sector en el centro de una corriente que esta moviendo al mundo para promover cambios significativos en la forma en que nuestras actividades afectan al cambio climático. Un liderazgo que buscamos siempre compartir con todos aquellos que reconocen el valor del compromiso y la generosidad que siempre nos ha diferenciado.
Si no existiera AMEVEC nuestro sector no tendría la proyección y reconocimiento internacional alcanzado en las diferentes exposiciones en las que hemos participado como uno de los miembros más activos del FORO IBEROAMERICANO DEL CERRAMIENTO ACRISTALADO. Un punto de encuentro donde nos sumamos a las iniciativas de valor que emanan del trabajo de otras asociaciones como la nuestra en América Latina y la península ibérica.
Si no existiera AMEVEC, aún después de haber fracasado de tantas formas diferentes y explorado nuevos caminos sin desalentarnos en cada paso para influir positivamente en las personas y empresas que aman nuestro sector y quieren hacer un ejemplo de vida en sus acciones cotidianas, tendríamos que crearla.
Jose Manuel Barceló
Presidente de AMEVEC