Net Zero 2050 se ha consolidado como un mantra de acción que resuena en todos los rincones. Esta visión audaz no solo proyecta un futuro donde las emisiones de carbono se reducen a cero, sino que también promueve un cambio fundamental en la mentalidad empresarial. Las compañías están despertando a la urgencia de abrazar prácticas sustentables y transformar sus operaciones para trascender los límites de la rentabilidad tradicional. Net Zero 2050 se ha convertido en el faro que guía a las empresas hacia una nueva era de innovación, responsabilidad ambiental y oportunidades económicas sin precedentes.
Sin embargo, la pregunta que comúnmente escuchamos es: ¿se puede lograr? En pleno siglo XXI, el impacto del cambio climático se ha erigido como uno de los desafíos más apremiantes que enfrenta la humanidad. Ante el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero, las compañías pueden desempeñar un papel fundamental al adoptar prácticas sustentables y reducir sus emisiones de carbono.
A simple vista, la transformación hacia una compañía net zero se asemeja a alcanzar el estatus de un hito excepcional. Las empresas que adoptan objetivos relacionados con la reducción de la huella de carbono prometen alcanzar neutralidad en esta materia o se esfuerzan por integrarse en la transición hacia esa meta, son consideradas como auténticos referentes en términos de ecología y desarrollo sostenible. Sin embargo, más allá de esta impresión inicial, se encuentra un reto sumamente complejo y riguroso: lograr el estado de net zero no se trata solamente de obtener un estatus privilegiado, sino de comprometerse con una transformación constante que abarque operaciones, cadenas de suministro y valores corporativos. Esto implica adoptar prácticas que aborden no solo las emisiones directas, sino también las indirectas y las asociadas con las operaciones en su totalidad.
Si bien, el reconocimiento empresarial net zero puede conllevar ventajas competitivas y mejorar la percepción pública, el camino hacia la neutralidad en carbono requiere decisiones audaces, inversiones sustanciales en tecnologías limpias y una colaboración continua con diversas partes de la industria y la sociedad.
Así que, ¿se puede lograr? Sí, se puede lograr. ¿Es cosa fácil? No, pero es posible acercarnos al objetivo si se toma la responsabilidad adecuada.
En el actual escenario, es fundamental comprender que una compañía (o cualquier organización) no puede autodefinirse como una entidad net-zero. Más bien, su rol se limita a contribuir a la transición hacia el modelo de cero emisiones. Este enfoque implica que la empresa asuma la responsabilidad de desarrollar una estrategia bien definida, con miras a implementar los cambios necesarios para contribuir efectivamente al logro del equilibrio neto cero a nivel global para el año 2050.
Hasta la fecha, no existe un plan definitivo y estricto. Tampoco hay un modelo a seguir, ya que cada empresa adapta los principios de emisiones netas cero de acuerdo con su propio negocio, su propio mercado y sus propias posibilidades.
Sin embargo, lo que existen son consejos que pueden ayudar a las empresas interesadas a transicionar al modelo net zero, los cuales te mencionamos a continuación:
- Realizar una evaluación de carbono
El objetivo de llegar a cero emisiones netas es motivar una reflexión informada sobre la mejor manera de adaptar tu modelo de negocio a cuestiones ambientales.
Por esta razón, en Cushman & Wakefield hemos desarrollado las herramientas necesarias para las empresas que desean realizar un balance de sus emisiones de gases de efecto invernadero. - Definir objetivos basados en la ciencia
No se trata de establecer metas aproximadas; cualquier acción emprendida debe ser efectiva para contribuir hacia el objetivo de cero emisiones netas. Y para ser efectiva, cualquier acción debe estar vinculada a objetivos específicos.
Si se desea contribuir activamente a este proceso, ten en cuenta que la iniciativa SBTi (objetivos basados en la ciencia) ha trabajado para clarificar las metas que cualquier empresa debe alcanzar para luchar efectivamente contra el cambio climático mediante el uso de criterios comprobables. - Crear un plan de acción
Esto implica elaborar un auténtico plan de acción para reducir las emisiones de carbono, con muchos objetivos intermedios. La idea: marcar tu camino con pequeñas victorias. Esto permitirá medir objetivamente el progreso a medida que se avanza, y también beneficiará en la motivación de los colaboradores. Recuerda que las empresas no se vuelven sostenibles de la noche a la mañana.
- Mejorar los productos y/o tu modelo de negocio
Independientemente de la comercialización de un producto o un servicio, es importante reconocer que también es posible optimizarlos con un enfoque de cero emisiones netas, ya sea en términos de componentes, proveedores, transportes, entre otros aspectos. - Compensar las emisiones de dióxido de carbono
Dadas las circunstancias, las empresas ya no pueden conformarse con únicamente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: las empresas deben trabajar para eliminar por completo. Ése es el propósito principal de la iniciativa y estrategia de cero emisiones netas. Por lo tanto, si las empresas se comprometen con este esfuerzo colectivo, deben avanzar gradualmente hacia la captura (o eliminación) de sus propias emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Te interesa aportar tu granito de arena para lograr el net zero? En ese caso puedes informarte sobre los diversos proyectos que tu empresa podría respaldar para crear nuevos sumideros de carbono. Si después de revisar estos proyectos te interesa alguno, considera que Cushman & Wakefield cuenta con la habilidad y estructura necesaria para apoyar los esfuerzos de tu organización y avanzar en su transición ecológica. Si te interesa conocer más al respecto, puedes enviar un correo electrónico a África Rubio, Sustainability Services Director de Cushman & Wakefield a la dirección africa.rubio@cushwake.com
Colaboración: África Rubio, Sustainability Services Director de Cushman & Wakefield