El estándar Passivhaus fue creado en Alemania hace mas de 3 décadas con la meta de reducir el consumo energético de una vivienda al mínimo posible manteniendo siempre el confort interior de los ocupantes. En este país, el mayor consumidor energético de una vivienda suele ser la calefacción debido a las bajas temperaturas que hay en invierno.
Al querer aplicar el estándar en otros lugares del mundo, éste podría llegar a perder sentido, ya que en ocasiones el uso de calefacción es nulo debido a las altas temperaturas durante todo el año que hay en algunas ubicaciones, sin embargo, hay que estudiar mas a fondo los límites y alcances de este estándar para poder comentarlo.
Comencemos por aclarar que la temperatura de confort puede variar de persona a persona, pero ésta suele definirse entre los 20 y 24° C y no hay ningún lugar en el mundo que tenga una temperatura ambiente entre estas dos temperaturas durante todo el año. También hay que aclarar, que, además de la temperatura del aire, el confort térmico puede verse afectado por condiciones de velocidad de viento, humedad relativa del aire, temperatura media radiante o incluso por el nivel de arropamiento o la actividad que estemos realizando.
Estas condiciones pueden usarse a favor del usuario por medio de la arquitectura bioclimática, generando confort interior sin tener que recurrir a la climatización artificial, por ejemplo, aprovechando corrientes naturales de aire en una zona cálida o utilizando materiales que permitan equilibrar la temperatura interior, gracias a su inercia térmica, a lo largo del día/noche.
Si bien, la arquitectura bioclimática puede solventar muchos de los problemas que nos impiden alcanzar el confort, cuando las temperaturas son extremas, y la arquitectura poco innovativa, suele ser muy complicado el mantener este confort, por lo que puede ser inevitable el acudir a la climatización artificial. Lo idóneo aquí, será utilizar la menor cantidad de energía para alcanzar el confort y mantenerlo el mayor tiempo posible sin cambios.
Recordemos también que la arquitectura pasiva y/o el estándar Passivhaus no están destinados específicamente para construcciones de carácter residencial, sino que pueden ser utilizados en edificios de oficinas, escuelas y otras construcciones donde, volviendo al ejemplo anterior, dejar una ventana abierta para dejar circular el aire, podría hacer volar los documentos con los que estuvimos trabajando todo el día.
Adicionalmente, el contar con un sistema de ventilación mecánica controlada nos permitirá, además de ventilar de forma controlada y continua, mantener una óptima calidad de aire interior, cosa que, únicamente aplicando principios de arquitectura bioclimática, sería imposible.
Si bien el estándar Passivhaus no fue diseñado para climas cálidos, éste ya ha demostrado que los resultados de aplicarlo son igualmente beneficiosos a largo plazo tanto para el confort, para la calidad de aire interior y para tu bolsillo.
Colaboración: Ing. Francisco Arnés