Resiliencia en el vidrio: el papel crucial del diseño frente al impacto del viento

Los huracanes son tormentas de gran intensidad que registran vientos sostenidos desde 119 km/h hasta más de 250 km/h; estos vientos generan ciclos de cambio de presión muy intensos y levantan objetos que impactan contra las construcciones.

Año tras año, los huracanes azotan el continente americano, cobrándose decenas de vidas y provocando impactos sociales y económicos. En la actualidad, los huracanes se están fortaleciendo más rápidamente que antes en su avance desde el mar hacia la tierra firme. Además, cada vez más personas viven en zonas propensas a recibir un huracán, lo que puede hacer que sus consecuencias sean mucho más graves.

A nivel mundial, la temperatura media de la superficie oceánica ha aumentado al menos 1ºC desde finales del siglo XIX. Por cada grado centígrado que aumenta la temperatura de la superficie del mar, se produce un aumento del 7% en las precipitaciones cercanas a un huracán. 

Recientemente, la ONU ha declarado alerta roja porque el año 2023 fue el año más cálido registrado, con una temperatura media global cercana a la superficie de 1,45°C por encima de los niveles preindustriales. 

Muchos científicos coinciden en que el aumento de la temperatura del mar debido al cambio climático está motivando la formación de huracanes y tormentas tropicales cada vez más poderosos. El número de ciclones tropicales que pasan de una categoría 3 ha aumentado a nivel mundial durante las últimas cuatro décadas, y el porcentaje de huracanes de categorías 4 y 5 y vientos superiores a 250 kilómetros por hora “probablemente aumentará según aumenten las temperaturas”.

Además, año tras año los huracanes se intensifican más rápidamente, es decir, aumentan su velocidad en aproximadamente 55 kilómetros por hora en períodos de tiempo inferiores a 24 horas. Un ejemplo reciente es el huracán Otis, que se intensificó de una tormenta tropical con vientos de 65 mph a un huracán de 165 mph en un período de 24 horas.

En el campo de la construcción, es fundamental diseñar las ventanas y fachadas de vidrio como un sistema que, además de cumplir con un rendimiento energético y de confort determinado, debe brindar propiedades de seguridad a los usuarios. Esto implica soluciones de vidrio laminado de alto rendimiento con cancelería especialmente diseñada para este propósito.

El objetivo es garantizar que la envolvente del edificio sufra el menor daño posible durante un huracán, minimizando así los efectos dañinos en el interior del edificio y reduciendo la magnitud de la presurización interna. Para lograrlo, se requiere una metodología de cálculo que permita diseñar un sistema vidriado capaz de soportar las presiones del viento, así como los impactos de objetos de diversos tamaños.

En cuanto a la resistencia mecánica, la variable más determinante en el vidrio es la acción del viento sobre él. Actualmente, es posible trabajar con la metodología del Manual de Diseño por Viento de CFE, que, aunque no es reglamentario, se utiliza como una buena práctica. 

Este manual describe los pasos de cálculo para determinar la velocidad de diseño y las presiones debidas al viento. Una vez obtenida la carga de presión en los elementos del edificio, se pueden calcular los espesores de los vidrios. Uno de los métodos de cálculo más comunes es a través de la fórmula de Timoshenko.

Vidrio laminado

El vidrio laminado consiste en dos láminas de vidrio unidas por una capa intermedia de polímero, siendo el PVB (Polivinil Butiral) el tipo de capa intermedia más común para aplicaciones arquitectónicas. 

Esta configuración se considera vidrio de seguridad, ya que, en caso de rotura, los fragmentos del vidrio tienden a adherirse a la capa intermedia, lo que ayuda a evitar lesiones, la entrada de agua, aire y otros objetos en el edificio. 

Los niveles de seguridad proporcionados por el vidrio laminado dependen del grosor del vidrio y de las capas intermedias, y se rigen por métodos de prueba e impacto dictados por normas específicas.

Finalmente, debido a la importancia del conocimiento de este tipo de soluciones y su aplicación en el mercado, Saint Gobain ha desarrollado una guía para conocer la configuración de vidrio laminado según cada categoría de edificio, altura del cerramiento, zona de viento y dimensiones de los vanosSe invita a consultar esta guía directamente con el equipo de Especificación Técnica de Proyectos de Saint Gobain Glass México.

Colaboración: Saint Gobain Glass México

Proyecto de norma para cerramientos vidriados en zonas de huracanes y tormentas tropicales

Los efectos del huracán Otis fueron especialmente significativos en ventanas y fachadas debido a varios factores cruciales que definieron la magnitud del desastre y la forma en que este fenómeno meteorológico afectó las estructuras y edificaciones más débiles y comprometidas. 

La principal razón por la cual las ventanas y fachadas sufrieron impacto fue la intensidad del viento asociada con el huracán Otis. Los vientos de alta velocidad alcanzaron ráfagas de 270 km/hora ejerciendo una presión considerable sobre las superficies de las fachadas exteriores de los edificios, especialmente aquellas más expuestas a su acción directa.

Efectos del huracán Otis en Acapulco, Gro. Fotografía: M.A. Gijón

La capacidad de resistencia de las ventanas y fachadas dependió en gran medida del diseño y la calidad de la construcción. Aquellas estructuras con materiales más robustos y técnicas de instalación adecuadas tuvieron mayores probabilidades de resistir los embates del huracán, mientras la mayor parte, carentes de vidrios laminados o reforzados más resistentes al impacto y menos propensos a romperse bajo presión, se hicieron añicos. En otros casos, la resistencia de los muros en su mayoría ligeros, fueron incapaces de dar sustento efectivo al anclaje de las ventanas que volaron dejando desnudos algunos edificios. 

Durante un huracán, es común que objetos como ramas, escombros o incluso muebles sean arrastrados y lanzados a enorme velocidad contra las ventanas y fachadas. Estos elementos se convierten en verdaderos proyectiles que representan el mayor riesgo para las personas y sus patrimonios materiales. También la exposición a la intensa lluvia y la humedad asociada con este fenómeno afectó las estructuras en la ciudad de Acapulco. El agua pudo filtrarse a través de grietas o huecos en las ventanas y fachadas, exacerbando los daños.

Efectos del huracán Otis en Acapulco, Gro. Fotografía: M.A. Gijón

Más allá de los daños físicos, los efectos psicológicos y sociales del huracán Otis también impactaron significativamente a quienes vivieron la experiencia y vieron afectado el sentido de seguridad y bienestar de su comunidad. Causales que se potencian ante la sensación de inseguridad que nos produce ver expuesta nuestra vivienda al vandalismo ante la ausencia de los cerramientos que nos protejan.

Efectos del huracán Otis en Acapulco, Gro. Fotografía: M.A. Gijón

Los eventos extremos como Otis ofrecen oportunidades para aprender y mejorar las prácticas de ingeniería y diseño. Esto incluye desarrollar tecnologías más avanzadas para hacer frente a huracanes y otros desastres naturales. Los impactos en ventanas y fachadas resaltan la importancia de construir de manera más resiliente y adaptativa frente a este tipo de eventos climáticos, considerando no solo la seguridad estructural, sino también la resistencia de los materiales ante vientos intensos y lluvias torrenciales. Es en este contexto que la Asociación Mexicana de Ventanas y Cerramientos A.C promueve un proyecto de norma para definir los “Criterios de Evaluación para Sistemas Vidriados de Cerramientos en Zonas de Huracanes y Tormentas Tropicales” que esperamos pueda concluirse a finales de diciembre.

Colaboración: Amevec

Procesos del vidrio arquitectónico

El vidrio arquitectónico es un elemento fundamental en la construcción moderna, ofreciendo transparencia, luminosidad y diseño. Los procesos involucrados en la producción y aplicación del vidrio arquitectónico son diversos y complejos, abarcando desde la fabricación del vidrio hasta su reciclaje final para dar inicio a un nuevo ciclo de uso. En este artículo te guiaremos de forma general por todos estos procesos.

Fabricación del vidrio

El proceso comienza con la mezcla de materias primas como arena de sílice, carbonato de sodio y otros aditivos en hornos de fusión a altas temperaturas. Esta mezcla se derrite y se vierte sobre una cama de estaño fundido para formar láminas de vidrio en bruto.

Revestimiento y tintado 

Dependiendo de las especificaciones del proyecto, el vidrio puede recibir revestimientos especiales para modificar sus propiedades ópticas, térmicas o de privacidad. Además, se puede tintar el vidrio mediante la incorporación de óxidos metálicos durante el proceso de fabricación.

Corte y rectificado

Después del enfriamiento, el vidrio se corta en paneles del tamaño requerido utilizando máquinas de corte automáticas o manuales. Luego, se rectifican los bordes para asegurar que estén lisos y sin irregularidades que puedan representar un riesgo.

Templado

Para aumentar su resistencia y seguridad, el vidrio se somete a un proceso de templado. Este proceso implica calentar el vidrio a altas temperaturas y luego enfriarlo rápidamente, lo que crea tensiones internas que refuerzan su estructura.

Laminado

Otra técnica para mejorar los niveles de seguridad del vidrio es el laminado. En este proceso, se unen dos o más paneles de vidrio con una capa intermedia de polímero, como PVB (butiral de polivinilo), que actúa como una película adhesiva, lo que evita que el vidrio se rompa en pedazos afilados.

Curvado 

Para proyectos que requieren vidrio curvo, se utiliza un proceso de curvado en el que el vidrio se calienta a alta temperatura y se conforma sobre moldes específicos para lograr la forma deseada.

Serigrafía y grabado

El vidrio arquitectónico también puede ser decorado mediante técnicas de serigrafía o grabado. Esto permite la aplicación de diseños personalizados, logotipos o patrones en la superficie del vidrio.

Unidades de vidrio aislante (UVA)

La fabricación de unidades de vidrio aislante se consigue mediante la instalación de dos o más paneles de vidrio separados por una cámara de aire deshidratado o gas inerte. El espacio entre los paneles proporciona un mejor aislamiento térmico y acústico, lo que reduce la transmitancia térmica y el ruido exterior.

Fabricación de componentes 

Además de los paneles de vidrio, se fabrican componentes como marcos, juntas y sistemas de fijación. Estos elementos son esenciales para la instalación adecuada y segura del vidrio en las estructuras arquitectónicas.

Transporte y manipulación

El vidrio es un material frágil y requiere un manejo cuidadoso durante el transporte y la manipulación. Se utilizan equipos especializados, como ventosas de vacío y grúas, para levantar y mover los paneles de vidrio de manera segura.

Instalación en obra

La instalación del vidrio arquitectónico en obra es un proceso crucial que requiere precisión y cuidado para garantizar un resultado seguro y estéticamente satisfactorio. En primer lugar, se prepara el área de instalación asegurándose de que esté limpia y nivelada. Luego, se procede a colocar los marcos o sistemas de fijación adecuados según el diseño y las especificaciones del proyecto. Es importante que estos marcos estén correctamente alineados y anclados a la estructura del edificio para proporcionar un soporte seguro para el vidrio.

Se requiere mano de obra calificada y el uso de herramientas adecuadas para garantizar un ajuste preciso y seguro.

Sellado y acabado 

Después de la instalación, se sellan los bordes del vidrio para evitar la entrada de humedad y la formación de condensación. Además, se realizan los acabados finales, como la limpieza de la superficie y la aplicación de selladores para asegurar una apariencia estética y duradera.

Control de calidad

Durante todos los procesos que hemos referenciado, se realizan controles de calidad para garantizar que el vidrio cumpla con los estándares requeridos en cuanto a resistencia, seguridad, transparencia y acabado superficial.

Mantenimiento preventivo 

Una vez instalado, el vidrio requiere un mantenimiento periódico para preservar su apariencia y funcionalidad. Esto puede incluir limpieza regular, inspección de posibles daños y reparación o reemplazo de paneles dañados.

Reciclaje

Finalmente, el vidrio arquitectónico es un material altamente reciclable. Los residuos de vidrio generados durante la fabricación y la demolición de edificios pueden ser recogidos y reciclados para producir nuevos productos de vidrio, lo que contribuye a la sostenibilidad ambiental del sector de la construcción.

Colaboración: Amevec Glass

Editorial – Lanzamiento de Amevec Glass 2026

La celebración por primera ocasión de AMEVEC GLASS en Expo CIHAC 2026 promete ser una experiencia excepcional que capturará la atención de todos los asistentes. Una plataforma para la industria del vidrio organizada por la Asociación Mexicana de Ventanas y Cerramientos A.C con el apoyo de Informa Markets de la que empezaremos a darte a conocer este año 2024 dentro de las actividades del Salón AMEVEC.

AMEVEC GLASS creará un escenario impresionante para revelar las última tecnologías en torno al vidrio arquitectónico. Un espacio diseñado para mostrar sus procesos, su versatilidad y belleza del vidrio en la construcción contemporánea. Los visitantes serán testigos de demostraciones en vivo que destacarán las propiedades únicas del vidrio, sus aplicaciones e innovaciones tecnológicas enfocadas a la sustentabilidad. Desde su resistencia hasta sus aplicaciones vanguardistas, cada demostración será informativa, enriquecedora y motivante para el corazón de un sector que late con fuerza.

En este espacio profesional y temático las marcas más emblemáticas y reconocidas de este sector presentarán sus últimas innovaciones, desde vidrio fotovoltaico hasta nuevas técnicas de aislamiento térmico y acústico. Gracias a nuestros expositores, los asistentes podrán interactuar con la maquinaria para los diferentes procesos, productos y nuevas tecnologías de manera personalizada. Esto permitirá una comprensión más profunda de cómo el vidrio puede revolucionar los proyectos arquitectónicos.

Tendremos congresos y charlas informativas con expertos en vidrio y arquitectura, discutiendo las tendencias actuales y futuras en el uso del vidrio en una construcción vanguardista y sostenible. Un gran número de invitados y colaboradores expertos estarán disponibles para explicar a nuestros visitantes cómo estas tecnologías están transformando la industria.

AMEVEC GLASS te mostrará cómo el vidrio puede ser una herramienta poderosa para lograr diseños arquitectónicos vanguardistas y elegantes. Desde las fachadas hasta los interiores, veremos como el vidrio puede transformar cualquier espacio. Presentaremos colaboraciones inspiradoras entre nuestros expositores y arquitectos destacados, mostrando proyectos emblemáticos que hicieron del vidrio como elemento central de su arquitectura.

El enfoque en la sostenibilidad será clave. AMEVEC GLASS te dará a conocer cómo el vidrio y su diversidad de aplicaciones pueden ser no solo estéticamente impresionantes, sino también eco-amigables y energéticamente eficientes.

AMEVEC GLASS será mucho más que un evento; será una inmersión completa en el mundo del vidrio arquitectónico. Un espacio profesional lleno de aprendizaje, inspiración y oportunidades para todos los involucrados dentro de la plataforma ideal que nos proporciona Expo CIHAC para fomentar contactos y negocios con otros líderes de la industria dentro del marco del evento de construcción más grande de México.

José Manuel Barceló
Presidente de AMEVEC

Cualidades del concreto celular para la construcción sustentable

En la búsqueda de soluciones para construcciones más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, el concreto celular ha surgido como una opción prometedora. El concreto celular es un material innovador que combina propiedades mecánicas sólidas con una menor huella ambiental en comparación con los métodos de construcción tradicionales. En este artículo, exploraremos las cualidades únicas del concreto celular que lo convierten en una seria recomendación para la construcción de casas pasivas y edificios sustentables.

Para la fabricación del concreto celular requiere de una menor cantidad de cemento en comparación con el concreto convencional por lo que es más eficiente en el uso de este recurso. Además, incorpora aire en su mezcla, lo que reduce la cantidad total de material necesario para llenar un determinado volumen. Esto no solo disminuye la cantidad de materias primas requeridas, sino que también reduce las emisiones de dióxido de carbono asociadas con la producción de cemento.

Aislamiento térmico y acústico

El concreto celular es conocido por su excelente capacidad de aislamiento térmico y acústico debido a su estructura celular interna dada por las burbujas de aire encapsuladas en la mezcla que otorga a este material propiedades aislantes superiores al concreto convencional. Esto deriva en una menor demanda de energía para la climatización del interior de los edificios que en combinación con otros elementos integrados a la envolvente que han probado su eficiencia térmica puede llegar a desaparecer como es el objetivo final de la construcción de casas pasivas. Además, el aislamiento acústico proporcionado por el concreto celular contribuye a crear un ambiente interior más tranquilo, cómodo y relajado alineado con el concepto de Neuroarquitectura.

Características estructurales

El concreto celular es notablemente más ligero que el concreto convencional debido a su estructura de células llenas de aire. Esta característica conlleva ventajas significativas en términos de reducción de la carga en los cimientos y estructuras, lo que puede simplificar el diseño estructural y reducir la cantidad de materiales requeridos. Además, su bajo peso facilita el transporte y la manipulación de los elementos prefabricados de concreto celular, lo que a su vez puede reducir el consumo de combustibles fósiles asociados con el transporte que valora entre otras cosas la certificación LEED®.

A pesar de su estructura celular, este tipo de concreto no sacrifica la durabilidad ni la resistencia. A menudo es capaz de soportar cargas comparables a las del concreto convencional. Su baja conductividad térmica también ayuda a prevenir la formación de fisuras debido a cambios bruscos de temperatura. Esto se traduce en una vida útil más larga para las estructuras construidas con concreto celular, lo que a su vez reduce la necesidad de renovaciones y reparaciones frecuentes.

En definitiva, el concreto celular nos ofrece una combinación única de cualidades que lo convierten en un material valioso para la construcción sustentable. Su eficiencia en el uso de recursos, su capacidad de aislamiento, su bajo de peso y su durabilidad son características que pueden contribuir significativamente a la reducción del impacto ambiental de la industria de la construcción. 

A medida que avanzamos hacia prácticas constructivas más sostenibles, el concreto celular se presenta como una opción prometedora para edificios más eficientes y resistentes en el futuro.

Colaboración: Amevec

Vidrios ignífugos 

El vidrio ignífugo, también conocido como vidrio resistente al fuego, ha emergido como una solución innovadora en la industria de la construcción para garantizar la seguridad en caso de incendios. Este tipo de vidrio se fabrica utilizando tecnologías avanzadas que le otorgan propiedades únicas, como resistencia a altas temperaturas y capacidad para contener el fuego en determinadas condiciones. Los procesos de producción implican el tratamiento del vidrio con capas especiales o el uso de materiales de alta resistencia para minimizar el riesgo de fractura y el paso del calor en caso de un incendio.

Las aplicaciones del vidrio ignífugo son diversas y abarcan una amplia gama de sectores. En la construcción, se utiliza en la fabricación de puertas, ventanas, divisiones interiores y exteriores, así como en fachadas de edificios, con el fin de crear barreras contra la propagación del fuego. En entornos industriales, este tipo de vidrio se implementa en laboratorios, plantas químicas y en infraestructuras críticas donde la resistencia al fuego es esencial.

La maquinaria utilizada en la fabricación de vidrio ignífugo es altamente especializada y se compone de diversos equipos y procesos específicos. Este proceso implica hornos de alta temperatura para la fusión del vidrio, seguido de un control preciso de enfriamiento para asegurar la resistencia al fuego. Además, se emplean máquinas para la aplicación de capas especiales y tratamientos térmicos que otorgan al vidrio sus propiedades ignífugas. Equipos de corte, pulido y control de calidad son fundamentales en el proceso para garantizar la precisión de las dimensiones y la resistencia final del vidrio a las altas temperaturas. La maquinaria involucrada en la fabricación de vidrio ignífugo es una combinación de tecnología avanzada y procesos especializados para producir un material crucial en la seguridad contra incendios en diversas aplicaciones.

Las oportunidades de negocio en torno al vidrio ignífugo son prometedoras. La creciente conciencia sobre la importancia de la seguridad en la construcción y en otros sectores ha generado una demanda creciente de soluciones que ofrezcan protección contra incendios. Las empresas dedicadas a la fabricación y suministro de vidrio ignífugo tienen la oportunidad de capitalizar esta necesidad creciente, desarrollando productos innovadores, mejorando la eficiencia en la producción y ofreciendo asesoramiento especializado en cuanto a las normativas y estándares de seguridad. Además, la investigación y el desarrollo continuo en este campo ofrecen oportunidades para mejorar las propiedades del vidrio ignífugo, como la resistencia, la transparencia y la versatilidad en su aplicación. Estas mejoras podrían expandir aún más su uso en nuevas áreas, como el diseño de interiores, la fabricación de muebles y la industria automotriz, ampliando así el alcance de mercado y generando nuevas posibilidades de negocio.

Colaboración: Amevec Glass

Jardines verticales

La arquitectura de jardines ha venido desarrollando con mucho éxito las fachadas verdes, una técnica constructiva que consiste en cubrir las superficies verticales de fachada con vegetación, generando con ello microclimas urbanos saludables y más sostenibles. Con esta iniciativa se busca traer de nuevo la naturaleza a nuestras calles y edificios para modificar el paisaje urbano y hacerlo más amigable alineándose con las propuestas que impulsa la bioarquitectura.

Observar este tipo de fachadas tiene un efecto positivo que se traduce en una sensación de calma o relajación que resulta fuente de inspiración para los transeúntes que pueden disfrutar de estas vistas y manda un mensaje positivo de compromiso hacia la naturaleza de los ocupantes de estos edificios. 

La instalación de este tipo de fachadas no tiene un impacto sobre el suelo urbano al concebirse como un recubrimiento orgánico y vivo que actúa como envolvente generando además un microclima particular que atenúa el calentamiento del edificio contribuyendo a la regulación natural de la temperatura en su interior. Los edificios que integran estos jardines verticales aumentan su valor inmobiliario y permiten crecer los espacios verdes urbanos aprovechando el recurso arquitectónico para mejorar la calidad del aire.

Los jardines verticales se componen de una capa de fieltro sintético que alberga el sustrato y sistema de riego, seguido de una lámina rígida de plástico, que se fija a una estructura de metálica preferentemente de aluminio. La estructura se instala de forma paralela para generar una cámara de aire aislante libre de raíces. Existe también una variante diseñada para especies trepadoras, que pueden plantarse en la base del edificio o como parte de un bosque vertical. En estos casos la estructura se concibe como una red de cables o mallas autoportantes que sirven de guía a las plantas. 

Bosques verticales

El concepto de bosque vertical parte de un diseño estructural arquitectónico personalizado que considera integrar maceteros y alcorques que favorezcan el crecimiento de arbustos y plantas colgantes o trepadoras que generan una masa forestal espectacular. Esta propuesta verde tiene su primer referente en el “Bosco Verticale” en Milán, un proyecto del Arq. Stefano Boeride que consta de dos torres de 80 y 112 metros, que albergan 480 árboles grandes y medianos, 300 árboles pequeños, 11,000 plantas y 5,000 arbustos. Una superficie urbana de 1.500 m.2 equivalente a 20.000 m.2 de bosque urbano.

El concepto de bosque vertical ofrece la posibilidad de integrar una amplia variedad de arbustos y plantas adecuadas para cada clima distribuidos de acuerdo con la exposición al sol de la fachada. Espacios verdes que alimentarán la biodiversidad autóctona y podrán ser colonizados por aves e insectos. Una reforestación inducida que puede planificarse como una red de bosques verticales que definen los puntos de una línea de conexión que dará lugar un parque urbano.

La elección de los tipos de árboles y plantas se debe realizar dentro de un proceso profesional asistido por botánicos que debe considerar las variedades más adecuadas considerando su posición y altura en la fachada. Las plantas se deberán cultivar previamente en viveros específicamente diseñados para este propósito con el fin de que puedan adaptarse con mayor facilidad a las condiciones que encontrarán en el edificio. El sistema de irrigación deberá de ser planeado y regulado desde el proyecto de construcción considerando las necesidades de riego de cada especie, el mantenimiento, variedad y densidad de la vegetación en cada maceta. 

Sin duda el futuro de este tipo de ecosistemas urbanos ligados al desarrollo arquitectónico y alineados con el desarrollo sustentable será fuente de inspiración para muchos proyectos, además de, una bocanada de aire limpio para el crecimiento urbano en las grandes ciudades.

Colaboración: Amevec

La madera, el origen de las fachadas ventiladas

Las fachadas ventiladas, aunque actualmente se asocian comúnmente con materiales modernos como el aluminio, la cerámica o el fibrocemento entre otros materiales, tienen sus raíces en el uso de la madera. A lo largo de la historia de la arquitectura, la madera ha sido un material de construcción fundamental debido a su disponibilidad, versatilidad y características estructurales y estéticas. En el contexto de las fachadas ventiladas, la madera desempeñó un papel crucial en los sistemas constructivos tradicionales.

En la antigüedad, muchas culturas utilizaron la madera en la construcción de sus edificaciones, y con el tiempo se desarrollaron técnicas para mejorar la eficiencia térmica y la durabilidad de las estructuras que se han aprovechado para desarrollar otros sistemas a lo largo del tiempo. A medida que la arquitectura evolucionaba, se reconocieron los beneficios de permitir la ventilación detrás de la fachada para regular la temperatura interior y proteger la estructura contra la humedad. Con el advenimiento de nuevas tecnologías y materiales en la construcción, la madera fue reemplazada en cierta medida por opciones más modernas. Sin embargo, en el siglo XXI, ha habido un resurgimiento del interés en la madera como material de construcción sostenible y renovable. En este contexto, las fachadas ventiladas de madera han experimentado un renacimiento, combinando la tradición con la innovación.

Fachadas ventiladas modernas

Las fachadas ventiladas de madera ofrecen una serie de ventajas, como su capacidad para regular la temperatura interior, mejorar la eficiencia energética y proporcionar un aspecto estético único. Además, la madera utilizada en estos sistemas puede provenir de fuentes sostenibles, lo que contribuye a la construcción ecológica y al desarrollo sostenible.

En las últimas décadas, las nuevas tecnologías aplicadas a la madera han revolucionado la forma en que se diseñan y construyen las fachadas ventiladas. Uno de los avances clave ha sido el desarrollo de tratamientos protectores y modificadores de la madera, que mejoran su resistencia al deterioro causado por factores ambientales como la humedad, los hongos y los insectos. Estos tratamientos permiten que la madera pueda ser utilizada de manera más efectiva en aplicaciones exteriores, como las fachadas ventiladas, al tiempo que prolonga su vida útil. Además, la ingeniería de la madera ha experimentado avances significativos. El uso de tecnologías como el laminado encolado y el uso de madera contralaminada ha permitido crear elementos estructurales más robustos y resistentes, lo que es crucial para las fachadas ventiladas que requieren durabilidad y estabilidad a lo largo del tiempo. Estas innovaciones tecnológicas también han ampliado las posibilidades de diseño, permitiendo la creación de formas más complejas y estructuras más eficientes.

Colaboración: Amevec

Neuroarquitectura

La neuroarquitectura es una disciplina de la arquitectura que guarda estrecha relación con la arquitectura sostenible. Una espacialidad que busca entender cómo el entorno en que vivimos o trabajamos modifica nuestras emociones, pensamientos o conductas. Una materia que partiendo de datos científicos tiene como objetivo crear espacios funcionales que favorezcan la memoria, la mejora de las habilidades cognitivas y la estimulación de la mente, al tiempo que, se eleva el estado de ánimo de los usuarios, disminuye su estrés y ayuda a la solución de problemas en su vida cotidiana.

Partiendo de datos y evidencias científicas medibles la neuroarquitectura analiza de forma objetiva y sistemática cómo los espacios construidos modifican nuestras emociones y nuestras capacidades con el fin de servir de guía para construir espacios que mejoren la productividad y el bienestar de las personas. Para ello, es posible medir nuestra actividad cerebral cuando interactuamos en un ambiente, así como, nuestras reacciones ante los colores, la temperatura, el contacto con las superficies o la respuesta inconsciente a la geometría de los espacios. En casa caso, los niveles de ansiedad y estrés cambian modificando nuestra frecuencia cardiaca. Utilizando unas gafas de realidad virtual, podemos obtener estos datos y tomar decisiones para que nuestros proyectos transmitan serenidad y mejoren nuestro rendimiento. En este sentido, los espacios naturales, sanos y sostenibles en especial siempre resultarán más beneficiosos.

La neuroarquitectura señala una serie de puntos fundamentales a la hora de proyectar los espacios para lograr que la mente se estimule positivamente y se mantenga relajada. Estos son algunos de los conceptos que deberemos de tener en cuenta:

Iluminación

Los ambientes con una buena iluminación natural se perciben más amplios y confortables aportándonos una agradable sensación de bienestar, ayudan a la concentración de las personas y relajan la mente. En contraste, la luz artificial obliga a nuestro cerebro a esforzarse más en cualquier tarea a realizar y eso incide negativamente en la productividad.

Además de las ventajas cognitivas, también es muy significativo el impacto que la luz natural controlada tiene sobre la eficiencia energética de los edificios.

Espacios verdes

La consideración de plantas y espacios verdes adecuados a los ambientes puede ayudar a eliminar de forma eficaz los contaminantes, mejorar la calidad del aire y proveer de beneficios en la salud de los ocupantes. La transpiración de flores y plantas aumenta la humedad ambiental contribuyendo a regular la temperatura. Está científicamente demostrado que la proximidad con la naturaleza o el mero hecho de observarla puede ayudarnos a reponer nuestra capacidad mental y atencional. Nos permite relajar la actividad cerebral, de manera que nos sentimos más descansados y renovados cuando retomamos una actividad.

Techos

Según estudios científicos, la altura de los techos también influye en la concentración y actividades de las personas. Así, los techos altos son ideales para las tareas más creativas, mientras que los techos bajos favorecen un trabajo de carácter más práctico.

Colores

El color afecta los sentimientos de una persona sobre el entorno, donde la luz y los colores fríos parecen expandir un habitáculo, los colores oscuros y cálidos tienden a encerrar el lugar haciéndolo sentir más pequeño. La percepción de peso y tamaño se siente de manera similar, donde los colores claros y fríos parecen sentirse menos pesados ​​que los colores oscuros y brillantes.

Los colores tienen un efecto comprobado en la temperatura corporal: los tonos cálidos (rojo, naranja, amarillos) pueden elevar la temperatura, mientras que los colores fríos tienen un efecto opuesto. El color puede afectar la percepción que tiene una persona del tiempo: los espacios de colores cálidos tienden a hacer que uno se sienta como si hubiera estado allí más tiempo del que en realidad ha estado y el tiempo parece transcurrir más lentamente. Los colores en una variedad de formas y brillo pueden estimular excitar, inducir aburrimiento o sensación de calma, y pueden incluso contribuir en el proceso de recuperación de los enfermos

Elementos arquitectónicos

Los elementos arquitectónicos integrados al diseño de interiores, los muebles y la geometría de los espacios también son influyen en la percepción y el ánimo de los usuarios. Los espacios rectangulares son entendidos como lugares menos agobiantes que los cuadrados, que sí provocan mayor sensación de estar encerrados. Los ángulos marcados de las edificaciones favorecen la aparición de estrés o ansiedad frente a las curvas o contornos suaves que nos dan sensación de seguridad y comodidad.

Todos estos conceptos se deben sumar para la concepción de proyectos sostenibles donde los habitantes y usuarios puedan disfrutar no solo belleza y comodidad, sino también, de condiciones inspiradores y saludables. La neuroarquitectura será especialmente importante en el diseño de aquellos proyectos corporativos que busquen motivar la productividad de las personas y reducir los niveles de estrés y ansiedad de los ocupantes.

Colaboración: Amevec

Ventanas eficientes para una construcción sustentable

El reconocimiento de las aportaciones de las ventanas en el diseño arquitectónico sustentable es un aspecto a menudo subestimado, pero desempeña un papel fundamental a la hora de considerar la eficiencia energética, la iluminación natural y el confort térmico de un edificio. Aunque las ventanas son elementos esenciales para la conexión con el entorno exterior y la entrada de luz natural, su diseño y ubicación adecuados son cruciales para maximizar los beneficios sostenibles.

Unas buenas ventanas bien diseñadas pueden contribuir significativamente a la reducción del consumo de energía en un edificio. La correcta orientación de las ventanas en relación con la trayectoria del sol permite aprovechar la luz natural y el calor solar durante el invierno, reduciendo la necesidad de calefacción. Por otro lado, en climas cálidos, una colocación estratégica de las ventanas puede minimizar la ganancia de calor no deseada, disminuyendo la carga en los sistemas de refrigeración.

El tipo de vidrio utilizado en las ventanas también desempeña un papel esencial. La implementación de vidrios de baja emisividad y tecnologías de doble acristalamiento puede mejorar significativamente la eficiencia térmica, reduciendo las pérdidas de calor en invierno y manteniendo la frescura en verano. Esto no solo disminuye el consumo de energía, sino que también contribuye a un ambiente interior más confortable. Además, las ventanas pueden ser diseñadas para facilitar la ventilación natural, permitiendo la entrada de aire fresco y la expulsión de aire viciado. Este enfoque no solo mejora la calidad del aire interior, sino que también reduce la dependencia de sistemas mecánicos de ventilación, disminuyendo así el consumo energético.

En el ámbito estético, las ventanas también pueden desempeñar un papel crucial en el diseño arquitectónico sustentable al crear una conexión visual con el entorno exterior y promover un ambiente interior más saludable. La conexión con la naturaleza a través de ventanas bien ubicadas puede mejorar el bienestar emocional de los ocupantes y aumentar la productividad. Sin embargo, es importante equilibrar el uso de ventanas para maximizar la eficiencia energética sin comprometer la integridad térmica del edificio. Un exceso de ventanas puede aumentar las pérdidas de calor en invierno y las ganancias de calor en verano, afectando negativamente el rendimiento global del edificio.

Colaboración: Amevec