La administración de sombras ha sido reconocida como una de las medidas pasivas más eficientes para mitigar los efectos de la incidencia solar directa sobre las fachadas y las superficies de vidrio expuestas a las consecuencias del sobrecalentamiento. Es por ello que hemos vivido una fuerte tendencia por integrar el concepto de control solar al desarrollo de proyectos arquitectónicos como una disciplina de cuya aplicación depende en buena parte la eficiencia energética de casas y edificios. Una respuesta lógica que puede corregir deficiencias implícitas a la sobreexposición solar.
El término de pérgola bioclimática define un espacio protegido del sol que cuenta con una estructura impermeable cuya cubierta está integrada por un conjunto de perfiles orientables que se denominan lamas. Las lamas giran sobre su eje para regular la entrada de luz y aire, a la vez que garantizan la estanqueidad en su posición de cierre.
Este tipo de pérgolas se han convertido en una tendencia para el diseño de terrazas y jardines que están buscando crear ambientes de modernidad y funcionalidad dentro de sus proyectos.
El diseño minimalista de este tipo de pérgolas concebidas como una estructura autoportante y autónoma que puede adosarse a modo de porche o marquesina está fabricado en aluminio buscando ofrecer un producto ligero y de bajo mantenimiento, fácil adaptar a cualquier espacio sin necesidad de realizar molestas obras de albañilería. Su uso se ha extendido la adaptar o ampliar áreas de negocio en restaurantes, tiendas y empresas.
Dentro de la variedad de sistemas para el diseño de pérgolas que ofrece el mercado, las pérgolas bioclimáticas se desmarcan como el único sistema integral que ofrece una solución definitiva a los efectos de la lluvia sobre estas áreas que frecuentemente albergan muebles y accesorios que requieren ser resguardados o protegidos. Para ello solo es necesario mover sus lamas a su posición de cierre para crear una cubierta impermeable y estanca que canalizará el agua hacia las columnas que recogerán la misma para darle salida a nivel de piso o canalizarla si se cuenta con un sistema propio de drenaje y aprovechamiento.
El diseño orientable de las lamas además de proveernos de una sombra fresca nos permite regular la temperatura y la entrada de aire para evitar el efecto invernadero, ya que el aire se está renovando constantemente, previniendo que el calor se acumule. Si la instalación se realiza a modo de marquesina adosada a la fachada de la vivienda también ayudará a mitigar de forma pasiva la temperatura al interior de tu hogar reduciendo la sensación térmica hasta en 5° C.
El movimiento de las lamas en estos sistemas puede realizarse de forma manual o automatizarse con la posibilidad de incorporar un sensor de viento, lluvia o temperatura solar que hacen aún más cómodo y eficiente su uso. La integración de este tipo de sensores permite que las lamas reaccionen de forma inteligente y autónoma abriendo o cerrando la cubierta en función del sol, el viento o la lluvia. Además, estos sistemas, pueden integrar otros como cortinas de vidrio apilables, mosquiteros y filtros solares para hacer aún más cómodo y habitable este espacio para sus usuarios. También pueden incorporar sistemas de nebulización de agua que refrescarán y mantendrán húmedo el ambiente.
Colaboración: AMEVEC