El confort térmico es una apreciación subjetiva que expresa la satisfacción del individuo entorno a la temperatura del ambiente en el que realizamos cualquier actividad. Para evaluar y corregir afectaciones al confort térmico deberemos de tener en cuenta varios parámetros globales externos, como la temperatura del aire, la velocidad del mismo y la humedad relativa, y otros específicos internos como la actividad física desarrollada, la cantidad de ropa o el metabolismo de cada individuo.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda mantener fresco nuestro espacio vital. Lo ideal es mantener la temperatura de interiores entre los 20-21ºC durante el día y los 15-17ºC por la noche. Lahumedad en el ambiente es casi tan importante como la temperatura, ya que en valores muy elevados o demasiado bajos modificará la forma en cómo sentimos el calor y el frío. La humedad relativa ha de ser de un 30% a un 40% como mínimo y de un 60% a un 70% como máximo. Renovar el aire con un sistema de ventilación controlada es otro factor importante que señala la organización.
Sistemas constructivos eficientes
Durante décadas, la búsqueda de confort en el hogar se ha basado únicamente en el control y regulación de la temperatura mediante la instalación de sistemas tradicionales de climatización. Hoy sabemos que para alcanzar el confort térmico necesitamos estar cómodos a nivel de temperatura, pero también de humedad, calidad del aire y otros factores que puede afectar gravemente nuestra salud. Los sistemas constructivos tradicionales que apostaron por una climatización basada únicamente en el consumo energético hoy enfrentan un alto riesgo de pobreza energética, en el sentido de que la inversión que precisan las familias para climatizar el hogar es demasiado elevada debido a una construcción deficiente del edificio.
Entender las necesidades del ser humano y las condiciones básicas que definen el confort es indispensable para ofrecer un diseño constructivo que satisfaga a los usuarios. Hoy en día sabemos que una de las funciones principales de los edificios es proveer ambientes interiores que sean térmicamente confortables y sustentables con el mínimo consumo de energía posible. La orientación de la edificación, el aprovechamiento de la radiación solar y el riguroso aislamiento térmico de la envolvente evitando en todo momento los puentes térmicos son factores de peso. Todas estas medidas debidamente atendidas no solo harán más confortables y sanas nuestras viviendas, sino que también representarán ahorros importantes en los gastos de las familias, al hacer más eficiente el uso de la energía para acondicionamiento ambiental.
Desde AMEVEC podemos apoyarles asesorándole sobre las estrategias para el diseño arquitectónico pasivo y activo que podemos aplicar en un proyecto con el fin de aprovechar al máximo lo que nos ofrece el entorno, y de ese modo reducir nuestra dependencia del consumo energético para alcanzar el confort deseado.
Colaboración AMEVEC